Dos jóvenes se amaron entre paisajes y cantos. Un día él partió a combatir junto a su raza; durante noches negras y mañanas claras, ella lo esperó y sólo en la muerte lograron unirse para siempre. Hoy ella duerme bajo el cielo mientras él vela su sueño, con el cuerpo cubierto de nieve y el corazón encendido; la lealtad sigue siendo el centro entre un par de volcanes.